Minutos después de las 17:00 horas inició la llegada de los primeros contingentes al Zócalo de la Ciudad de México, entre gritos de “2 de octubre no se olvida”, sin imaginar los lesionados que dejaría la movilización, desde policías quemados y civiles heridos, con motivo de la 57 conmemoración de la matanza estudiantil de 1968.
La marcha inició -como tradicionalmente- desde la Plaza de las Tres Culturas a las 16:00 horas, entre encapuchados, banderas en apoyo a Palestina y pancartas alusivas al movimiento estudiantil.

Los primeros signos de lo que iba a pasar más tarde, se vivieron a la altura de Eje Central, cuando comenzaron los primeros lanzamientos de petardos y saqueos en una tienda de conveniencia y otra más de pintura -donde los manifestantes aprovecharon para recargar municiones de aerosol-.

La movilización avanzó por la avenida 5 de mayo, luego de que la tradicional Francisco I. Madero se encontraba envallada desde Eje Central, hasta el Zócalo capitalino.
“2 de octubre no se olvida, mes de lucha compartida”, “no que no, sí que sí, ya volvimos hasta aquí”, coreaban los primeros contingentes en ingresar al primer cuadro de la Ciudad de México.
Sin embargo, a las 17:16 horas, el llamado Bloque Negro lanzó el primer artefacto explosivo a elementos de la SSC, que caminaban hacia la calle de Monte de Piedad, dejando a un policía envuelto en llamas, al que tuvieron que auxiliar sus compañeros.
Desde ese momento, no pararon las detonaciones -hasta dos horas después- que iban desde cohetes caseros, bombas molotov, lanzafuegos caseros, sumados a los palazos y piedrazos que lanzaron a elementos capitalinos.

Con el avance de los contingentes, los disturbios continuaron y se concentraron a la altura de la avenida 16 de septiembre y frente a los locales entre dicha calle y Madero.
Fue hasta las 17:42 horas que arribaron más elementos de la policía capitalina por la calle de Monte de Piedad, con escudos, cascos, algunos de ellos, con semblantes nerviosos.
Mientras tanto, manifestantes entraron a una joyería ubicada en la calle de Francisco I. Madero, otros tantos ingresar a una tienda de convenciencia de la esquina y otros más prendieron momentáneamente fuego a otra joyería más a la redonda.
En ese lapso, se pudieron observar manifestantes heridos en el rostro, otros desmayados y tosiendo, con ojos llorosos por el humo de los extintores, que se usaban para dispersar la movilización.

Otros tantos se ubicaron frente a la Catedral Metropolitana donde tocaron música de ska y un mítin improvisado se realizaba en la esquina entre Palacio Nacional y dicha iglesia.
Si bien la plancha del Zócalo no se llenó, la multitud vestía de negro, con los rostros cubiertos, los más tranquilos se sentaban sobre el suelo, algunos pegados al asta bandera y el Antiguo Palacio del Ayuntamiento.
En punto de las 18:17 horas el enfrentamiento entre policías y manifestantes se trasladó de 16 de septiembre a 5 de mayo y Monte de Piedad.

Los primeros en replegarse fueron policías heridos auxiliados por Marabunta, personal del ERUM y sus compañeros, cargados entre hombros o en camilla, ya que no podían caminar.
Detrás de ellos, otros elementos seguían con el repliegue, a punta de escudos y extintores.
Piedrazos y hasta con escudos robados a la policía se amedrentó al propio personal de seguridad.
Al filo de las 19:00 horas, siguió el fuego, ahora en dos fogatas, una situada al pie del asta bandera y otra frente al envallado de Palacio Nacional.

A esas alturas, contingentes comenzaron a retirarse corriendo por la calle 20 de noviembre y otros por José María Pino Suárez.
Los cierres viales a causa de las ambulancias, con heridos, por calles aledañas como Venustiano Carranza, República de Uruguay y 5 de febrero dejaban ver el panorama del saldo de la movilización.

HCM