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  • Influencers, aislamiento y violencia: lo que hay detrás de los incels en México

Lex Ashton, de 19 años, dejó una escena de violencia así como una serie de publicaciones vinculadas con los incels | @LexAshton

De pasar de un discurso de odio en redes sociales a ataques directos, los grupos incels han ganado terreno en las últimas décadas.

La tarde del 22 de septiembre la subcultura incel salió de su aparente anonimato. El asesinato de un joven estudiante de 16 años y el ataque a un trabajador dentro de las instalaciones del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Sur  develó su presencia en México.

Los agentes de la Policía de Investigación (PDI) del área de Homicidios investigan la conexión de Lex Ashton “N”, joven de 19 años y presunto responsable de la agresión, con esta comunidad virtual que se desenvuelve en Reddit, Facebook, 4Chan, Tik Tok o Discord, y a la que se le atribuye más de una decena de eventos violentos en el mundo.


El rastreo realizado por este medio encontró que el joven era uno de los más de 4 mil miembros de “Farmacia curincel” un grupo de Facebook en el que muchos de sus participantes se asumen como incels, un acrónimo de “involuntary celibates”, o en español: célibes involuntarios.

Internet y anonimato: las dos claves de su nacimiento

El término incel se refiere a “hombres que creen no poder acceder a relaciones sexuales consensuadas debido a su aparente falta de atractivo físico”, señala un informe de la Comisión de la Unión Europea. Sin embargo, no siempre fue así.

En 1997, Alana, una joven estudiante canadiense, creó un sitio web al que llamó "Proyecto de Celibato Involuntario", un espacio para apoyar a personas que se sentían aisladas.

Con el tiempo, lo que comenzó como un espacio virtual para hablar sobre la soledad, sexo, citas y sexualidad, terminó por radicalizarse dentro y fuera de las plataformas de internet. Miles de hombres encontraron en el foro un lugar en el cual externar su frustración y resentimiento por el rechazo femenino.

Aunque hay referentes de los incel mucho antes de su creación (desde los 80 ' s existen movimientos de ideologías y acciones que buscan defender los derechos de los hombres o promover ideales masculinos) no fue sino hasta la llegada del internet que pudieron reunirse: de ahí que nacieran como tal hasta hace relativamente poco.

De pasar de un discurso de odio en redes sociales a ataques directos, los grupos incels han ganado terreno en las últimas décadas.
Un constante dentro de la comunidad incels es su inconformidad respecto a sus características física, especialmente su estatura | Facebook

“No tenían la dimensión que tienen hoy en día. Por eso es necesariamente digital”, explica Aldo Bravo, sociólogo y profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), consultado por MILENIO.

Con el tiempo, los miembros de estas páginas lograron crear su propio “universo”, con códigos, reglas y categorías. En los espacios virtuales que pudieron tejer lo que hoy se conoce como la “manósfera”, una red de sitios web, plataformas de juegos y salas de chat en las que predominan el resentimiento, material antifeminista y un fuerte odio y desprecio hacia las mujeres.

“Es una dinámica violenta, agresiva y anónima en la que dicen cosas que ellos llamarían políticamente incorrectas, pero también cosas que no son fáciles de expresar”
“No solo la cuestión de ‘Hay que hacer tal agresión’, sino también de decir, ‘Bueno, a mí nadie me quiere’, ‘Yo nunca he tenido el amor de una mujer’. Eso no es fácil de decir, es una declaración que a lo mejor puedes decir en broma, pero que no es fácil de aceptar y la dinámica web, el anonimato lo permiten”, detalla Aldo Bravo.


Youtube y la ultraderecha

Aunque puede haber incels de hasta cincuenta años, la mayoría son menores de 30. Ya sea por el algoritmo o por búsqueda propia, muchos de ellos llegan a la manósfera, donde encuentran a sus referentes, entre los que figuran asesinos en masa.

Uno de los primeros ataques asociados con los incels ocurrió en Isla Vista, California en 2014. Elliot Rodger, de 22 años, perpetró una matanza que cobró la vida de cinco personas. Tras lo ocurrido, se suicidó. Poco antes el joven subió un video a Youtube en el que revelaba su deseo de castigar a las mujeres por rechazarlo.

Durante las investigaciones, las autoridades estadounidenses también encontraron un documento en línea en el que Rodger expresaba su odio. Hoy en día, su nombre es uno de los máximos referentes en el mundo incel, pero no es el único.

De pasar de un discurso de odio en redes sociales a ataques directos, los grupos incels han ganado terreno en las últimas décadas.
Las publicaciones incels no siempre son violentas, sin embargo, constantemente expresan su sensación de soledad | Facebook

En agosto de 2021 Jake Davison inició un tiroteo masivo en Plymouth, Inglaterra. Mató a cinco personas, incluida su madre. Aunque no se describió a sí mismo como incel, pasaba horas escribiendo en los foros.

Poco después del asesinato de Jesús Israel en el CCH Sur, comenzaron a surgir “clubs de fans” de Lex Ashton, así como una serie de amenazas de atentados en diferentes escuelas del país.

De acuerdo con un artículo del Centro de Análisis de Información de Colorado, hasta 2022, al menos 12 ataques mortales estaban vinculados con la subcultura de los célibes involuntarios, de ahí que la subcultura sea considerada “una de las más peligrosas de internet”.

La comunidad no sólo expresa actitudes misóginas ante su incapacidad de establecer relaciones románticas o sexuales, sino que además, se animan entre sí para autolesionarse o lesionar a otros.

Aldo Bravo también destaca el papel que juegan otros factores, como creadores de contenido en TikTok o Youtube que monetizan con el malestar masculino.


“En México es claro el caso del Temach, pero existen otros, sobre todo en el mundo anglo, en Inglaterra hay muchos: Andrew Tate y Jordan Peterson (...) que precisamente lo que hacen es ofrecer un apapacho, un consuelo, un lugar de pertenencia”

A esto se suman voces desde la religión y la política —especialmente de movimientos de ultraderecha— que refuerzan un discurso contra el movimiento feminista. Así, estas figuras pasan a convertirse en los referentes de lo que es ser hombre.

“Un grave problema de los jóvenes incels contemporáneos, de unos 8 años para acá, es el tipo de pedagogía que han recibido en las redes sociales sobre qué es el feminismo: lo comprenden en términos de guerra de sexos. Lo comprenden como una nueva dominación de las mujeres sobre los hombres”.

La deshumanización es común en el ecosistema incel. En su jerga, a aquellas mujeres que consideran atractivas las apodan como Stacy, pero también utilizan expresiones como "agujeros" o "retretes".


Uno de sus términos favoritos es “foids”: la contracción de “female humanoid” lo que traducido se entiende como “humanoide femenino”.

Aunque su odio se concentra en ellas, va más allá. Se extiende a todo aquel pueda o establezca relaciones. A los hombres fuera del celibato los llaman Chads o normies: los primeros entran dentro del código de lo atractivo, lo deseable; los segundos parecen no tener problemas para establecer relaciones sexo-afectivas a pesar de no cumplir con el canon.

Una vez establecido el enemigo, el objetivo se vuelve claro: vengar su frustración y proteger lo que consideran “el orden” de las cosas.

Poco antes de que se registrara el asesinato dentro del CCH Sur, Lex escribió: “Nunca en mi pta (sic) vida he recibido el amor de una mujer y la neta me duele, me duele no saber que los chads pueden disfrutar de las foids y yo no”, reza parte del post de Facebook.


Expectativas imposibles de cumplir

Hay tres razones principales con las que estos jóvenes explican su falta de éxito en las citas, todas basadas en pseudociencia. La primera se centra en la genética: son de la forma en que se perciben por herencia. 

También sostiene que las mujeres están “evolutivamente” predeterminadas a buscar al hombre más atractivo mediante un proceso conocido como hipergamia y que el aumento de los derechos y libertades ha limitado sus posibilidades de relacionarse con ellas.

Bajo esta idea, los incels aseguran que existe un regla que obedece a todo: 80/20, que quiere decir que 20 % de los hombres más atractivos o exitosos tiene acceso a la mayoría de las mujeres, mientras que el 80 % restante queda excluido.

Sin embargo, por violento y extremo que resulte su discurso, no surgen de la nada: sus ideas se alimentan de creencias ampliamente aceptadas en el día a día. Los expertos coinciden en que la sociedad en general está implicada en su creación.

“Aquí también entra en juego la situación económica. Lo otro que declaran los chavos incel, además de “soy feo”, es “soy pobre” (...) Piensan que no hay posibilidad alguna de que puedan cumplir con eso. El problema es que no son las mujeres, esas son las expectativas del sistema de género”

Ante su incapacidad de conseguir lo que quiere —y referencia a la película Matrix (1999)— los incels deciden consumir la píldora y dejar de vivir en una “realidad simulada”.

El color determina la forma en que asumen su compromiso con la subcultura: tomar la “bluepilled” significa seguir las normas tradicionales para buscar pareja. Los “redpilled” rechazan esas ideas y creen que deben manipular el “mercado sexual”. Mientras que en el punto más elevado está la “blackpill” (píldora negra). En esta visión, nada —ni el esfuerzo personal, ni la salud mental— puede cambiar lo que son.

De pasar de un discurso de odio en redes sociales a ataques directos, los grupos incels han ganado terreno en las últimas décadas.
El anonimato es clave dentro de estos grupos, aunque no todos incitan al odio, predomina un perspectiva misogina | Facebook

Quienes eligen la blackpill piensan, actúan e incluso viven su experiencias desde el odio contra sí mismos y contra los otros.

“Estos muchachos se entienden a sí mismos como inadaptados. Eso es muy interesante, ya que ellos mismos consideran que no están integrados”, añade el sociólogo.

Se dice que ninguno de los compañeros de Lex conocía su rostro, siempre lo llevaba cubierto, tampoco parecía tener un círculo cercano fuera del mundo virtual. De acuerdo con Aldo, el malestar y la dificultad para adaptarse se cruzan con varios factores, como por ejemplo, la falta de atención a la salud mental, los referentes próximos que se tienen (como la familia), así como eventos que marcaron parte del desarrollo.

“Tenemos que preguntarnos qué factores los han aislado. Definitivamente la pandemia es importantísima”, comenta.

Algunos gobiernos como el de Reino Unido, han intentado clasificar a los incels como terroristas, pero los analistas alertan que no bastaría para hacerles frente. El International Centre for Counter-Terrorism (ICCT) detalla que para abordarlos hace falta más que un seguimiento psicológico, pues el problema no es solo de salud mental, sino también ideológico.

El sociólogo plantea una pregunta: ¿Qué es ser hombre actualmente? Repensar la masculinidad podría ser uno de los primeros pasos para abordar a los incels.

Si bien su presencia parece extenderse y desatar más preguntas que respuestas, algo es seguro: apenas son la punta del iceberg. Personajes como Lex no son los únicos en la manósfera.


LHM 



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Lizeth Hernández
  • Lizeth Hernández
  • Más que contar, me gusta escuchar historias. Egresada de la FCPyS, UNAM, escribo para interpretar a una ciudad que se devora a sí misma. Actualmente cubro temas de ciencia, salud y en ocasiones, relatos del pasado.
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