El pasado miércoles 2 de agosto, un trágico suceso ocurrió en la estación Hidalgo del Metro de la Ciudad de México. Dos jóvenes de apenas 19 años perdieron la vida al caer a las vías y ser arrollados por un convoy. El jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Martí Batres, aclaró que el incidente fue provocado intencionalmente por el joven que aventó a la mujer y luego se arrojó él mismo.
Este terrible suceso pone de relieve la crítica situación en la que se encuentra el Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro de la Ciudad de México.
Si bien es cierto que los actos impulsivos y desesperados de personas pueden desencadenar tragedias en cualquier lugar, la seguridad y las condiciones de infraestructura en el transporte público también juegan un papel fundamental en evitar este tipo de accidentes.
La seguridad es una preocupación constante para los usuarios del metro en la Ciudad de México. Las instalaciones muchas veces se perciben como inseguras, con problemas de mantenimiento, vandalismo y falta de vigilancia adecuada.
Las estaciones y andenes están abarrotados de personas durante las horas pico, lo que aumenta las posibilidades de accidentes y situaciones peligrosas. Además, el hecho de que alguien pueda arrojar a otra persona a las vías sin que haya una respuesta rápida y efectiva por parte del personal de seguridad es profundamente alarmante.
En este contexto, se hace evidente la necesidad urgente de que las autoridades inviertan en mejorar la seguridad y las condiciones de las instalaciones del Metro.
Es fundamental implementar medidas de prevención, como la instalación de puertas de seguridad en los andenes, que impidan el acceso a las vías cuando no esté llegando o partiendo un tren.
Este tipo de sistemas se ha implementado con éxito en otros sistemas de transporte masivo alrededor del mundo y han demostrado ser efectivos en la reducción de accidentes y suicidios en las vías.
Además, es imperativo aumentar la presencia de personal de seguridad y vigilancia en las estaciones y trenes.
La capacitación de este personal debe incluir protocolos de actuación en situaciones de emergencia y manejo de conflictos para intervenir oportunamente en caso de incidentes o comportamientos riesgosos por parte de los usuarios.
La presencia de personal capacitado no solo puede disuadir actos violentos o impulsivos, sino también proporcionar una respuesta rápida y efectiva en caso de accidentes o emergencias.
Por otro lado, es evidente que el metro es un espacio donde indistintas personas lo han utilizado para atentar con sus propias vidas o las de terceros, como lo que ocurrió en este lamentable caso, por lo que también es de vital importancia que las autoridades desarrollen e implementen protocolos de atención para evitar posibles suicidios.
El presupuesto destinado a la seguridad y el mantenimiento del Metro debe ser una prioridad para las autoridades.
Es necesario destinar recursos suficientes para garantizar el adecuado funcionamiento de las instalaciones, la implementación de tecnología de seguridad y la capacitación del personal.
No se puede escatimar en la seguridad de un servicio que es utilizado diariamente por millones de personas.
Es urgente hacer algo para evitar que más personas pierdan la vida mientras se desplazan por la ciudad. Mis condolencias a las familias y seres queridos afectados tras este suceso.