Se acabó la espera y por fin, en unos días, arderá políticamente Nuevo León. ¿No estabas ansioso? Yo sí y no me apena decirlo porque estaba harto de tanta especulación y rencillas de kínder entre personajes que ya necesitan empoderarse.
Para entender lo que vendrá, les propongo que vayamos de menos a más para visualizar que todo está interconectado en esta Sultana donde la raza mama traicionarse y aparentar un ideal que solo se aprecia en los libros que tienen de adorno en sus su bibliotecas de utilería.
Comencemos por Monterrey y su ecosistema único donde la batalla será entre dos. Gran laboratorio para ensayar los alcances de Luis Donaldo Colosio y su multifacético apoyo económico con oportunistas, padrinos y adivinos políticos dándose codazos por recibir la sonrisa del “Principito” en el momento justo. A su favor: el apellido y un entorno muy poderoso que lo quiere ver ganar para exprimirlo al máximo (hoy y hasta la presidencia). Tiene mucho apoyo y una simpatía popular de alcances impredecibles. En contra: muy verde para coyuntura regia y sus ojos no transmiten el fuego (hambre política) del que “teme perderlo todo”. Parte de la IP le dará la espalda. ¿Traición? Se huele en el ambiente que comparte con Samuel.
Enfrente, Francisco Cienfuegos representa una de las fuerzas más incontrolables de la política joven, porque su voracidad ha convencido hasta a los más escépticos de que puede lograr el triunfo. Y lo describo como “joven”, porque a pesar de su experiencia en múltiples puestos de gobierno, se distancia de varios de los dinosaurios que se han enquistado a todos los niveles. A favor: Invirtió más dinero y tiempo que nadie en esta campaña. Se anticipó en el diseño y captación de estructuras rivales y domina el voto duro. En contra: Su relación con el medinismo es un ancla insoportable. La opinión pública no olvida y sus opositores tampoco. ¿Traición? Se huele en el ambiente que comparte con Adrián.
¡Ah, sí! Además de ellos dos, también estarán Víctor Fuentes y otros que ni siquiera vale la pena mencionar. Solo gastaré este párrafo para todo este séquito que la única función que tendrá será operar para los dos tiburones que describí antes prostituyendo sus boletas para que parezca real una intención que solo servirá para balancear los distritos y llevarse unos milloncitos a Houston.
Y luego aterrizamos en la arena estatal con un panorama similar, pero más caro donde también tendremos una pelea entre dos (Clara Luz y Adrián), aunque la diferencia será el resto de candidatos que los acechan.
A Clara Luz le armaron un equipo tan temible como inestable y las dudas son proporcionales a las esperanzas que pudiéramos tener. Su alianzas son para ganar, pero no para gobernar. ¿AMLO es una carga? Mucho más de lo que creemos, porque mediáticamente pueden golpearla con chingos de temas. Nuevo León es anti Morena y la polarización de terceros le pegará. ¿AMLO la favorece? También es sabido que el Presidente es uno frente a las cámaras y otro en la oficina; hombre temido por toda la clase política, porque tiene un expediente demoledor para cada candidato que quiera asomar la cabeza.
¿Le alcanzará a Adrián de la Garza? No lo sé, pero (yo) los veo parejos en un contexto donde el priista debe ajustar varias tuercas claves para que no se le desarme el carro. Adrián tiene el apoyo del medinismo, pero quienes lo apadrinan saben que pueden desprenderse de Nuevo León, porque también hay intereses cruzados a otros niveles. ¿Fortalezas? Su perfil bajo lo ayudó a triunfar y avanzar en el organigrama, pero ahora hablamos de otros niveles. Opera estratos policiacos y de vigilancia que ponen a temblar a muchos, pero duda de forzar los límites políticos y eso puede costarle caro. ¿Debilidades? No le veo hambre por gobernar. Mismo defecto que detecto en Colosio y el miedo a la derrota es la mejor inyección para superar ciertos momentos límites durante la carrera electoral.
Luego tenemos a Samuel y Larrazabal; ambos peligrosos y camuflados entre la estela de errores que dejan los favoritos hasta que el momento sea oportuno. Si me apuran prefiero más a Samuel, porque su discurso es el más diferente. ¿Qué debiera hacer? Polarizar e ir al choque contra el viejo sistema. Clonar su campaña para senador y transmigrar sus debilidades virales en fortalezas ante la corrupción prianista de siempre. ¿Por qué no me gusta Larrazabal? Cayó como paracaidista aprovechando la guerra interna que desangró a su partido. Puede generar muchos dolores de cabeza porque sabe moverse bien, pero sus aliados panistas serán su perdición a la hora de definir los curules en el Congreso.
¿Conclusión? Está bueno el tiro porque hay muchas alianzas cruzadas (municipio y estado) para lograr resultados muy cabrones donde sobrevolará y se terminara imponiendo la traición. ¿No me crees? Armemos una quiniela entre el tándem Colosio-Samuel y Paco-Adrián y esperemos dos meses.