Los empresarios camaroneros analizan un paro durante este mes al no tener respuesta del gobierno federal ante su petición de apoyo al sector, específicamente en el subsidio al diesel.
“Vamos a tener que parar”, manifestó el empresario Raúl Ruiz Villegas, refiriéndose a la posibilidad de que los barcos camaroneros se queden atracados por lo costoso que es mandarlos al mar.
“Son 184 barcos que conforman la flota, los cuales no han tenido ningún apoyo de nada, ni al diesel y tampoco a la modernización”, enfatizó el empresario porteño, recordando las problemáticas enfrentadas durante este año.
Aunque no se precisó cuántos barcos se quedarían sin la posibilidad de salir a altamar debido a lo complejo que es cubrir los gastos de diesel, indicó que cada empresario armador decidiría la cifra.
El costo por litro de diesel es de 20 pesos, y la petición de los empresarios locales es poder llegar a 10 ó 9 pesos, similar al costo invertido por los empresarios de Estados Unidos y aplicable en esta misma actividad.
Los barcos camaroneros tradicionalmente zarpan al Golfo de México en busca del “oro rosado” cada fin de agosto; sin embargo, este año la inconformidad de los empresarios y la ampliación de la veda ocasionó un retraso de casi un mes.
Tomaron la determinación de iniciar con la pesca en este año de pandemia después de tener una reunión en Ciudad Victoria con funcionarios del gobierno federal, quien prometió revisar su situación.
“Metimos la solicitud en México, hablamos con los diputados federales de Tamaulipas, tuvimos una junta con el representante federal, pero las gestiones no han progresado”, aseguró.
Manifestaron que las autoridades son totalmente ajenas al proceso de pesca de camarón, el cual es uno de los pilares de la zona, porque no solamente es la materia prima de los restaurantes y comerciantes de la zona, sino también se comercializa en otros estados del país.
Los comerciantes de pescados y mariscos de la zona, que llevan su producto hasta la Ciudad de México, refieren que la pandemia desplomó dicho negocio y aún se van recuperando.
Asimismo, el paro de las embarcaciones también tendría una repercusión en la reducción de empleos, porque de la flota camaronera dependen más de 10 mil personas.
