Con el objetivo de reducir los riesgos de un nuevo deslave como el ocurrido el 13 de septiembre de 2024 en el cerro de San Luis Ayucan, autoridades de Jilotzingo anunciaron la construcción de obras hidráulicas para canalizar los escurrimientos y aminorar la inestabilidad de los suelos.
El deslave del año pasado, provocado por lluvias intensas, arrasó con viviendas y cobró la vida de 11 personas; 10 en San Luis Ayucan y una más en Las Manzanas.
Reforzarán Plan Integral de Protección Civil Municipal
A raíz de esa tragedia, el alcalde Raziel Chavarría informó en su asamblea Con Rumbo que, además de reforzar el Plan Integral de Protección Civil Municipal, se impulsarán estas obras para conducir las aguas hacia la red de la parte baja y así disminuir la humedad en el cerro.
El edil detalló que apenas este lunes se registraron dos pequeños deslaves en la zona, uno de los cuales bloqueó parcialmente el Boulevard Chiluca, vialidad que conecta Santa Ana Jilotzingo con Rancho Blanco y Atizapán de Zaragoza.
Disputa territorial por zona limítrofe con Atizapán de Zaragoza
Durante su intervención, Chavarría también abordó el conflicto limítrofe con Atizapán de Zaragoza por la posesión legal de Rancho Blanco y el ejido Espíritu Santo, área colindante con la Zona Esmeralda, de alta plusvalía inmobiliaria.
Señaló que, pese a la disputa, las familias que ahí habitan mantienen arraigo con Jilotzingo, donde votan, pagan impuestos y reciben servicios.
El alcalde del PVEM subrayó que la controversia territorial será resuelta mediante procedimientos legales ante la Comisión Legislativa de Límites Territoriales del Estado de México.
Asimismo, criticó el proyecto Bosque Diamante suspendido judicialmente y reiteró su compromiso de ordenar el crecimiento urbano en la región, que actualmente concentra más de 4 mil habitantes y cuya población se triplica cada tres años, generando gran presión sobre los servicios públicos.
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