Banco de México actuó la semana pasada conforme a lo pronosticado. Bajó la tasa de referencia a 7.50 por ciento, contribuyendo con ello a buscar un aterrizaje más suave o una menor desaceleración económica. La inflación lo permite, toda vez que está en rango y con trayectoria descendente. Se espera que haya dos movimientos más de baja en las dos reuniones restantes, lo que permitirá llevar la tasa a 7 por ciento.
La Bolsa Mexicana de Valores ha sido de las mejores del mundo. Acumula 40 por ciento de rendimiento. Lo anterior, con una paradoja: ha habido más flujos de salida que de entrada (alrededor de 6 mil millones de dólares).
El peso sigue estable, producto de la debilidad del dólar que ha provocado la actual administración estadunidense y sus políticas, aunado a la disminución de tasas en Estados Unidos. Todo parece indicar que se va a debilitar más, ya que en la parte política los congresistas vuelven a poner en riesgo la aprobación del presupuesto, y con ello el posible cierre parcial de las oficinas de gobierno, conocido como shutdown. Ojalá se logre un acuerdo, y más habiendo mayoría republicana en ambas cámaras.
La incertidumbre geopolítica continúa. Todos los conflictos siguen vivos, atorados y sin solución en el corto plazo.
En resumen, los mercados accionarios, el oro y las criptomonedas han sido los grandes beneficiados en este año de incertidumbre política, donde ha destacado la baja de tasas y la desconfianza en el dólar como moneda de referencia (lo que a mi juicio es temporal y coyuntural).
Esta semana vuelve a destacar como referencia global —además del acuerdo presupuestal en Estados Unidos— el dato del empleo que se publica el viernes, donde se espera una creación de 30 mil plazas en septiembre; una considerable baja en esa economía. De nuevo, si el dato sale cerca de esa cifra, será bueno para el mercado, pues muy arriba presionará la inflación, y muy abajo traerá preocupaciones de recesión.
Sigo pensando que el dólar y los mercados en EU son atractivos y que la baja de tasas seguirá siendo el principal impulsor del mercado.
Al mismo tiempo, no me gusta la situación del país, que incrementa su déficit y no se preocupa por la falta de inversión en infraestructura, educación, salud e investigación, además de la inseguridad, que prevalece en todo nuestro territorio.