La popularidad de Sheinbaum es mucho más frágil de lo que suele reconocerse. A diferencia de otros mandatarios cuya popularidad descansa en muchas acciones de gobierno, la popularidad de Sheinbaum recae mayormente una sola política: sus programas sociales.
Los datos son claros. El 64% de los mexicanos identifican a los programas como lo mejor que ha hecho Sheinbaum. En segundo y tercer lugar queda su política internacional y de seguridad, pero ambas con menos del 10 por ciento.
La pregunta es qué está haciendo Sheinbaum para nutrir la política social que sustenta su popularidad. Lo analicé con base en los últimos resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo.
Veo tres sellos de Sheinbaum en la política social, no todos positivos.
El primero es que, a diferencia de Obrador, Sheinbaum todavía no ha podido aumentar de manera significativa el número de beneficiarios de programas sociales. Estimo que, de continuar al paso actual, el aumento en beneficiarios de Sheinbaum será de apenas la mitad de lo que logró Obrador.
Esto se debe a que los beneficiarios más fáciles de inscribir ya están en los padrones. Para replicar el éxito de afiliación de Obrador, Sheinbaum requerirá de mucha mayor planeación y recursos. La tarea será mucho más compleja y enfrenta límites naturales pues no todas las personas del país cumplen con los requisitos para ser beneficiarias.

Segundo, a diferencia de Obrador, cuyo principal éxito consistió en afiliar a personas de ingreso medio, Sheinbaum parece estar mucho más enfocada en afiliar personas sin ingresos. Como se observa en la gráfica, durante los primeros meses de su sexenio el porcentaje de personas sin ingreso que recibe programas sociales pasó de 54 a 67 por ciento.
Los datos muestran que Sheinbaum ha logrado este aumento enfocándose en afiliar en Ciudad de México, Estados de México y Morelos. Sin embargo, también parece haber un esfuerzo importante en estados donde los partidos de oposición han mostrado músculo como en Aguascalientes, Guanajuato y Campeche.
Sin embargo, y este es el tercer aspecto relevante, Sheinbaum todavía no está logrando llegar a las personas más pobres del país. En efecto, Sheinbaum está afiliando a muchas personas sin ingreso, pero en su mayoría son personas con nivel educativo de bachillerato o superior. Esto da evidencia de que no son las más vulnerables.
Como he escrito con anterioridad, uno de los principales problemas de los programas sociales de López Obrador fue que, a pesar de aumentar mucho su presupuesto, no lograron llegar a los hogares más pobres en comunidades remotas.
Considerando todo lo anterior considero que en el mediano plazo, Sheinbaum probablemente ya no podrá depender de los programas sociales para alimentar su popularidad y tendrá que recurrir a otras políticas. Estimo que la apuesta está en controlar la inseguridad. Una apuesta, sin duda, mucho más compleja que la de simplemente expandir beneficiarios.