Chilpancingo de los Bravo ardió nuevamente. En los últimos días el incendio de unidades de transporte público, así como homicidios de comerciantes paralizaron a la capital de Guerrero y volvieron a poner en la mira a dos grupos delictivos que durante años se han disputado el control de la entidad: Los Tlacos y Los Ardillos.
La jornada de violencia registrada desde el pasado 26 de septiembre interrumpió la cotidianidad de sus habitantes. El servicio de urvans y taxis se redujo, al tiempo que diversos planteles educativos suspendieron clases y los negocios cerraron.

El temor no fue nuevo en la capital guerrerense pues, aunque autoridades brindaron apoyo tras los hechos delictivos, entre la ciudadanía se avivó el recuerdo de la cruenta refriega que al menos dos grupos criminales tuvieron en 2024 y que derivó, entre muchos otros ilícitos, en el asesinato de conductores de transporte público y funcionarios públicos.
La pax narca que había mantenido la tranquilidad en Chilpancingo de los Bravo en los últimos meses derivó de una tregua entre ambos grupos criminales por lo que, de frente a los recientes hechos violentos, las alertas sobre una posible ruptura entre los Ardillos y los Tlacos ha vuelto a encender las alertas en Guerrero.
Las claves de la tregua

Durante los primeros meses de 2024, Chilpancingo de los Bravo se convirtió en un campo de batalla para Los Tlacos y Los Ardillos. Entonces, ambos grupos criminales se disputaban el control de diversas economías criminales, la más sobresaliente: la extorsión.
Los ataques a los negocios que controlaban sus rivales -por parte de ambos bandos- se volvieron constantes, lo que orilló a la ciudadanía a resguardarse con la imposición de un toque de queda. Durante al menos dos semanas no hubo servicio de transporte público y las escuelas se mantuvieron cerradas.
Desde urvans y taxis incendiados, choferes asesinados y hasta personas decapitadas cuyos restos fueron abandonados en la vía pública fueron parte de las escenas que la disputa entre los Tlacos y los Ardillos dejó en Chilpancingo de los Bravo.

La incertidumbre y el temor se acrecentaba entre la ciudadanía mientras que a la entonces alcaldesa de la capital guerrerense, Norma Otilia Hernández Martínez, enfrentaba señalamientos e investigaciones luego de que meses antes se filtrara un video en el que se le aprecia en una reunión con Celso Ortega, presunto líder de los Ardillos en Guerrero.
La desconfianza en su gobierno y la violencia imparable orillaron a la ciudadanía a depositar su esperanza en la fe al grado que, fueron sacerdotes los encargados de mediar una tregua entre ambos grupos criminales.

En febrero de 2024, el cura y director del Centro de Derechos Humanos 'Minerva Bello', Filiberto Velázquez, compartió en entrevista con Alejandro Domínguez para Notivox Televisión que Los Tlacos y Los Ardillos accedieron a sostener una tregua en Chilpancingo de los Bravo.
Gracias a la mediación del sacerdote, representantes de ambos grupos criminales cedieron al diálogo para establecer los términos para frenar la violencia que habían desatado en la capital guerrerense. Entre los acuerdos a los que llegaron destacó el respeto a los negocios que cada bando tenía en la entidad, incluyendo el del cobro de piso al transporte público, lo que permitió el restablecimiento del servicio.
"Por voluntad de las dos partes involucradas, el líder de los Tlacos y el líder de los Ardillos, hubo una comunicación por iniciativa de los Tlacos; a mí me pidieron poder acercar esta comunicación con el líder de los Ardillos, Celso Ortega y hubo un puente, una comunicación que logró que pudieran ponerse de acuerdo", declaró el sacerdote Filiberto Velázquez.

El obispo emérito, Rangel Mendoza, fue otro de los clérigos que confirmó la tregua entre ambos grupos delictivos al detallar que la negociación se llevó a cabo en Chilpancingo de los Bravo en una reunión en donde estuvo presente el mismo Celso Ortega, así como un representante de Marquina Chapa, uno de los líderes de los Tlacos.
Con dicho encuentro se pausó la ola de violencia que se vivía en la capital guerrerense. El servicio de transporte público y foráneo comenzó a operar con normalidad al tiempo que poco a poco las escuelas reabrían, no obstante, a poco más de un año de dicho acuerdo existen destellos de una posible ruptura que han comenzado a alertar nuevamente a las autoridades y a la ciudadanía.
¿Fin de la tregua?
Además de los Tlacos y los Ardillos, la capital guerrerense también ha sido territorio de interés para la Nueva Familia Michoacana. Dicha circunstancia ha hecho de Chilpancingo de los Bravo un terreno en constante disputa, sin embargo y al menos en el tema del transporte público, no se habían registrado hechos de alto impacto hasta el pasado fin de semana.
La ola de violencia en la capital de Guerrero inició el viernes 26 de septiembre con el asesinato de un vendedor y de un distribuidor de pollos. El primero fue ultimado al interior de su local en el mercado Baltazar R. Leyva Mancilla mientras que el segundo fue ejecutado en el estacionamiento del centro de abasto. Horas más tarde, autoridades localizaron un cuerpo atado en la carretera federal en Carrizal de la Vía.
De acuerdo con reportes del medio local El Sur, el domingo 28 de septiembre fueronincendiadas tres unidades del transporte público , lo que provocó que las rutas locales y foráneas suspendieran el servicio. Aunque dichos hechos movilizaron a las autoridades municipales, un día después nuevamente fue incendiada una camioneta urvan de la ruta hacia Chilapa en su base la cual está ubicada a un costado del mercado Baltazar R. Leyva Mancilla.
Si bien autoridades aún no confirman el involucramiento de alguna organización delictiva en dichos hechos, son muchos los antecedentes sobre la disputa de los Tlacos y los Ardillos por el control del transporte público en Chilpancingo de los Bravo.
Adicionalmente, en días recientes se han difundido videos en redes sociales donde se muestran a presuntos integrantes de los Tlacos caminar fuertemente armados por la sierra de Guerrero mientras vociferan amenazas para los Ardillos, o acompañados con textos de amedrentamiento al grupo rival.
Si bien resulta complicado verificar la autenticidad y fecha en la que fue grabado dicho material, el acomodo de dichas piezas han resultado suficientes para encender las alertas sobre la posible ruptura de una tregua que podría traducirse en un nuevo episodio de violencia para Chilpancingo de los Bravo.
ATJ