1 “Hijos del 68” se dicen los empoderados, pero vaya paradoja: la 4T cerca la Plaza de la Constitución para impedir el paso de marchistas en protesta, en especial a quienes conmemoran el 2 de octubre.
Arguyen que el amurallamiento es “para no reprimir”, cuando lo requerido son medidas elementales de prevención, contención y aptitud para impedir que se cometan delitos y capturen en flagrancia a los perpetradores.
Otra vez ayer los violentos de siempre hicieron de las suyas.
Ellos no, pero tampoco la mayoría pacífica de manifestantes parece tener idea del significado del 68 que desde luego no es la muerte.
Con seis demandas que hoy parecieran “tibias”, esa gesta propició las libertades cotidianas y democráticas que ahora, valido de sus mayorías legislativas inconstitucionales y reformas estructurales regresivas, el obradorato se empeña en limitar: 57 años después no se celebra una fiesta. Se insiste en reducir el éxito a la sangrienta represión diazordacista.
2. Con el 2 de octubre sucede algo parecido a lo que Héctor Aguilar Camín, en su columna en Notivox durante las fiestas patrias, hizo notar: que el 15 de septiembre de 1810 iniciaron los acontecimientos que once años después desembocaron en la verdadera Independencia, y que los fracasados (Hidalgo y sus seguidores) lucharon por desconocer a José Bonaparte (Pepe Botella), pero reconocían como su rey al derrocado Fernando Séptimo.
La Independencia, escribió el historiador, debiera conmemorarse el 28 de septiembre, cuando Agustín de Iturbide, en 1821, consiguió que todas las fuerzas independentistas (y hasta el virrey O’Donojú) firmaran el Acta de Independencia del Imperio Mexicano de cualquier otra monarquía… que no fuera la suya, y en 1824 terminó fusilado.
3. Uno de los más brillantes líderes de Consejo Nacional de Huelga, Luis González de Alba (pronto se arrepintió de ponerle al Justo Sierra Auditorio Che Guevara), pensaba que el 2 de octubre debe recordarse alegre, festivamente.
Su última columna en Notivox (2016), comenzó así:
“Escribo esta predicción la noche del 4 de agosto. Cuando se publique será domingo 2 de octubre. Habrá una manifestación de chavos que no saben qué es lo que ‘no se olvida’, porque ya lo olvidaron o nunca lo han sabido. Habrá hordas de vándalos robando, quemando, golpeando. Si no los detiene la policía serán infiltrados al servicio de la policía y pretexto para reprimir a los ordenados manifestantes. Pero, si logra detener a algunos, mágicamente se transformarán en ‘presos políticos’, chivos expiatorios del vandalismo de los infiltrados por la policía (…). Tendré hoy el imborrable recuerdo de la manifestación por los primeros 10 años, cuando volví a la Plaza de las Tres Culturas (…). Ya es 5 de agosto en la madrugada. El 2 de octubre será como describo…”.
Y en el mero pinche aniversario, Lábaro (como le decía mi comadre laica La China Mendoza) se suicidó.
Con la pena entonces, pero no: la única fiesta fue la que se dio el impune bloque negro…